El sol todavía no ha dado señales de vida en el Vall d’Aran. Todavía es de noche pero la plaza Nova de Vielha tiene una vida inusitada por ser las 6.30 horas del segundo sábado de septiembre. Los 300 inscritos en la 3a Rodibook empiezan a llegar para tomar la salida de este recorrido motociclista no competitivo que se basa en cubrir una ruta sorpresa siguiendo las indicaciones de un libro de ruta o roadbook. El viernes por la tarde los 300 aventureros, pues la inscripción está limitada a 300 motos, ya habían pasado las verificaciones donde también se comprobó el estado de los neumáticos, pues el reto era cubrir los 639 kilómetros de la ruta en un día.

Las motos turísticas ganaban por goleada pero también se pudo ver tres Montesa Impala clásicas, un escúter HondaSH125y un CanAm Spyder, un triciclo conducido por Josep Maria Villaret que ha encontrado en este vehículo la posibilidad de seguir viajando asido a un manillar a pesar de su paraplegia.

La salida se empezó a dar de tres en tres cada 30 segundos. Cada participante tenía una hora de salida así que los que iban en grupo solo tenían que esperarse en un punto para seguir juntos. Por delante quedaba una apasionante ruta que iba a llevar a los participantes por 20 puertos de montaña por los Pirineos de España y Francia para comer en Jaca y regresar a Vielha, siempre por carreteras de segundo (o tercer) orden. Los seis puntos de paso con los seis respectivos controles aseguraban que cada uno cubría la ruta para recibir al final de la jornada un preciado diploma que daba fe de haber realizado este reto.

AIRBAG tuvo la oportunidad de participar en la Rodibook con una KTM 1190 Adventure, una referencia obligada en el segmento, cómoda, con todo tipo de ayudas electrónicas, como el control de tracción, y muy efectiva en los puertos de montaña. Y junto a buena gente como David de motos.net, con una BMW R NineT y los ilerdenses Miquel y Iolanda, experimentados en estas rutas con su R 1200 GS. De hecho, fueron las prisas de Miquel en no parar por la mañana lo que permitió al grupo llegar a las ocho de la tarde a Vielha. Así que la experiencia es un grado y la Rodibook, un reto más que recomendable, sobre todo en buena compañía. 

RUTA SORPRESA Cada moto llevaba un roadbook que indicaba el camino a seguir (kilómetro recorrido, dirección a seguir y observaciones) como si estuvieran en el Dakar, es decir, con el libro de ruta enrollado y guardado en una caja instalada sobre el manillar mediante un soporte y haciéndolo avanzar para seguir más indicaciones girando un rodillo.

El puerto del Portillón fue la primera ascensión y llevó a los participantes a Francia para dirigirse a la Mongie y el famoso Tourmalet para seguir por el Coll d’Aubisque y Somport, hasta ir a parar a Jaca para comer, y continuar la ruta, que al final acabaría en el punto de salida tras unas 12 horas de media de viaje.

La sensación de finalizar el rutómetro, los abrazos y las alegrías de los tragamillas en la plaza Nova de Vielha solo podría ser posible por la implicación de la gente de Rodi con Jordi Esteve como alma máter y con la complicidad del exdakariano Fernando Búfalo Gil, que ya están traba- jando en la 4a edición de la Rodibook. Si está ha sido El Pirineo a vista de pájaro, ¿cuál será la del 2015?.

Segi Mejías
El Periódico